martes, 5 de septiembre de 2017

Sociedad uruguaya hacia el 900.

¿Qué características tenia la sociedad uruguaya hacia el 900?
Era un país de poca población, pero en este nuevo Uruguay, debido a factores como la buena economía, la paz en la sociedad y la significativa inmigración, la población aumentó (aun así era poca).

“El Censo de 1908 demostraría que la población uruguaya había logrado multiplicarse por trece (…) En 1908 la proporción de extranjeros llegaba al 18%”

Se caracterizaba por ser una sociedad joven, extranjera y plural, con más de dos clases sociales, alta, media y populares. Era desigual pero débilmente tensionada. Sí, existían huelgas y manifestaciones por el descontento de la clase trabajadora, pero nunca se llegó a una revolución debido a que el Estado se anticipó al enfrentamiento, y puso reglas de cómo debe ser la relación entre capital y trabajo. Le brindó a esta clase la seguridad y el respaldo necesario.
Se podía decir que era una sociedad “burguesa” porque estaban regidos por el sentimiento del desarrollo individual, el deseo del ascenso y el miedo a descender de clase por la movilidad existente. A pesar de esto no era una sociedad excesivamente jerarquizada, ni oligárquica. Tal como expresó Rilla en su libro “El 900”  tomo 1: “Proyectaba más bien una matriz igualitaria, ciudadana, polémica y por extensión, partidista”,


En esta sociedad que se abría al mundo con gran prosperidad y espíritu de progreso, se instaló la sensibilidad más pacata con un pudor falso, que llevaba a la hipocresía, Según el historiador José Pedro Barrán será “la época de la vergüenza, la culpa y la disciplina.”. Esta sensibilidad generó en las personas nuevas formas de vida, dejando atrás la época de la “barbarie”.
La sociedad se espantó ante el castigo a los niños, abominó la delincuencia. Se encontró la intimidad formando así el concepto de “vida privada”, ni ellos mismos se permitían exteriorizar su vida, ni la curiosidad ajena entraba en ésta. El trabajo era de gran importancia en sus vidas, se dejó de lado aquel ocio de otros tiempos. Era una sociedad civilizada, disciplinada. De acuerdo al pensamiento Batllista el Estado debe intervenir en las relaciones laborales, debe poner reglas sobre cómo debe ser la relación.
Prevé que el desarrollo industrial en nuestro país sufra lo que esta sufriendo el proletariado europeo en donde el capitalista invocando su enorme esfuerzo para llevar adelante la empresa exige al obrero esfuerzos inhumanos por lo tanto Batlle propone anticipar la protección del obrero y otros débiles como la mujer y el niño. Batlle protege al niño y a la mujer, protege a la madre.
Se debe aprovechar el tiempo de formación para corregir.
Leyes laborales y de ordenamiento social:
- Jornada laboral máxima de 8 horas diarias y 48 horas semanales
- Descanso obligatorio de un día cada siete
- Prohibición del trabajo de menores de 13 años
- Restricción de la jornada laboral a los menores de 19
- Derecho de huelga
- Amparo a los desocupados
- Ley de prevención e indemnización de accidentes de trabajo
- Pensión a la vejez y a la indigencia
- Salario mínimo para el peón rural
- Vacaciones pagas de 40 días para las mujeres embarazadas
- Ley de divorcio
- Protección a los derechos de los hijos naturales

Respecto al Carnaval:
Los orígenes del carnaval se remontan a la época colonial, mediados del SXVIII. Donde en el día de San Valentín o San Baltasar los negros esclavos eran autorizados por sus dueños a descansar y divertirse, y estos lo hacían disfrazándose de sus amos e imitándolos. Aparece el concepto de llamada, la llamada era la forma convocatoria que estos hacían con el sonar de sus tamboriles

Llevando el carnaval más hacia el 900 (que no se alejaba tanto a lo que es hoy), yo lo relacionaría con lo que mencioné anteriormente como una característica de la sociedad “sensibilidad más pacata con un pudor falso, que llevaba a la hipocresía”
El carnaval es el claro ejemplo de que era una sociedad hipócrita, eran los únicos días en los que el hombre podía hacer todo lo que deseaba en el año ya que vivía reprimido. Ocultándose detrás de las mascaras y mezclándose en las masas. Yo lo llamaría “la liberación del alma”, tal como hace referencia Gustavo Cordera en la película “El Último carnaval”, diría que es un momento de total catarsis, donde fluye todo lo Dionisiaco.
Palabras en Diario El Día “El carnaval es el reinado de la fantasía”, “Fiesta del pueblo, alegría popular de la calle”.

 ¿Cuál era su mentalidad?

Las costumbres de nuestra sociedad comienzan a cambiar, debido a varias razones. Por un lado, el avance de la educación de masas y por lo tanto, el retroceso del analfabetismo. Por otro, la urbanización de la sociedad que provoca un cambio de mentalidad en todos los sectores. A su vez la europeización de las costumbres, genera la adopción de una mentalidad diferente, a decir del historiador Barrán, la “sensibilización” de las costumbres “bárbaras”.


 ¿Qué incidencias tuvieron los extranjeros en nuestra sociedad?
- Como eran vistos los extranjeros por los criollos
- Como nos veían los extranjeros

El Uruguay de 1830 apenas contaba con 70.000 habitantes. El de 1875 poseía ya 450.000 y el de 1900 un millón. El espectacular crecimiento - la población se multiplicó por 14 en 70 años - no tenía parangón en ningún país americano. La alta tasa de natalidad dominante hasta 1890 - 40/50 por mil habitantes - se había unido a una relativamente baja tasa de mortalidad - 20/30 por mil - para ambientar este hecho, pero el factor crucial de la revolución demográfica fue la inmigración europea.

Franceses, italianos y españoles hasta 1850, italianos y españoles luego, llegaron en 4 o 5 oleadas durante el siglo XIX. La inmigración fue temprana en relación a la más tardía que arribó a la Argentina, y sobre todo fue cuantiosa en relación a la muy pequeña población existente en 1830. De 1840 a 1890, Montevideo poseyó de un 60 a un 50 % de población extranjera, casi toda europea. El Censo de 1860 mostró un 35% de extranjeros en todo el país, y el de 1908 redujo esa cifra al 17%.

Los europeos - y brasileños - , con valores diferentes a los de la población criolla, sobre todo los primeros, más proclives al espíritu de empresa y al ahorro; protegidos por sus cónsules durante las guerras civiles y recompensados siempre por sus pérdidas por el estado uruguayo amenazado desde el exterior, se convirtieron hacia 1870-1880 en los principales propietarios rurales y urbanos, como poseían el 56% del total de la propiedad montevideana y el 58% del valor de la propiedad rural.

Los inmigrantes europeos fueron también los iniciadores de la industria de bienes de consumo al grado que en 1889 controlaban el 80% de esos establecimientos. Los inmigrantes, hostiles por lo general a las disputas entre blancos y colorados, exigieron la paz interna.

Situación económica y política
 Desde el punto de vista político el elemento civil se hizo cargo de todas las responsabilidades del gobierno y la vida política se centralizo en los partidos tradicionales. Se logro una cierta representación de las minorías que la constitución de 1830 no proveía.
El Poder Ejecutivo ejercía una fuerte supremacía sobre todo el país (presidencialismo). Se produjo la transformación del militarismo al civilismo.
Uruguay no se fijaba los precios de sus productos, la economía ere dependiente al mercado internacional.
La ganadería y sus derivados seguían siendo la producción básica del país y la única riqueza exportable.
La exportación sufría fluctuaciones pero seguía siendo una importante actividad.

En 1890 se sufre una crisis profunda.

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